
El fresco [FIGURA 2] es la modalidad técnica más frecuente en la pintura mural. Se realiza sobre revoque de cal húmeda que sirve de soporte para los diversos pigmentos disueltos en agua. Los colores utilizados son preferentemente de origen mineral: blanco de San Juan (carbonato cálcico) y cal muerta (hidróxido de calcio) para el blanco; ocres naturales y tostados para el amarillo y el rojo; tierras para el rojo y el verde; lapislázuli para el azul; sombra de hueso natural y tostada para los marrones; y negro de marfil, de hueso o de carbón de vid para el negro. La realización del fresco precisa una gran preparación técnica y no permite rectificaciones, ya que éstas se hacen muy evidentes. Se emplea la sinopia, es decir, un dibujo preparatorio sobre el revoque que permite fijar los contornos y marcar las jornadas en las que se realizará la obra. Su origen, con variaciones en la técnica, hay que buscarlo en las culturas pinturas antiguas del Próximo Oriente -Mesopotamia, Asiria- y del Mediterráneo -Creta, Grecia y Roma-, encontrándose también ejemplos en China y en la India. Sin embargo, es a partir de Bizancio cuando adquiere una importancia capital que se acrecentará en los períodos románico, gótico y renacentista. Recordemos a título de ejemplo las pinturas románicas del Pirineo catalán y las obras de Giotto -siglo XIV-, Masaccio -siglo XV- y Miguel Angel -siglo XVI- en Italia. La gran decoración barroca tiene ejemplos esplendorosos que van de Annibale Carracci en la galería Farnese, de Roma, a Tiépolo en el Palacio Real de Madrid. En el siglo XIX Goya destaca por su técnica libre, que podemos admirar en la ermita de San Antonio de la Florida en Madrid. La escuela mejicana actual -Rivera, Orozco- ha aplicado de manera ortodoxa esta técnica a sus monumentales murales.
Algunas modalidades de pintura sobre muro se acercan del fresco, sin adquirir las tonalidades de aquél. Así podemos citar el fresco-seco, que aplica los pigmentos en la pared casi seca, para terminar la obra con colores mezclados con agua de cal (mezzo-fresco). A este procedimiento mixto podemos añadir los preparados actuales y la pintura al óleo, que se utilizan sobre el muro, y varias técnicas propias de cada autor.
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