Otra técnica afín a la pintura sobre tela o tabla es la acrílica. Consiste en una combinación de moléculas de acrilato en emulsión con agua. Esto la hace muy flexible y de secado rápido -al contrario del óleo-, al igual que resistente a los agentes atmosféricos. Sin embargo, su aplicación es cada vez menor, volviendo la mayoría de los artistas a la técnica del óleo.
La pintura llamada de caballete ha incorporado nuevas maneras. De entre ellas destacaremos tres: la matérica, el collage y la cinética. La primera consiste en el empleo de tierras y materiales minerales que, unidos al soporte por medios adherentes, cumplen la función sígnica de la pincelada clásica. Tàpies es uno de los ejemplos más sobresalientes y universales [FIGURA 2]. El collage consiste en la adición de diversos materiales -fotografías, periódicos, objetos...- que conforman la composición. Generalmente preexiste una base de óleo o acrílico. El cinetismo busca el movimiento de la composición e introduce elementos añadidos y artilugios técnicos, aunque a veces utiliza los trucos perspectivos y los engaños ópticos.
Una técnica eminentemente decorativa es la laca. Su origen es chino y alcanzó su apogeo en la época Ming. Su introducción en Europa se realizó en el siglo XVII, siendo, sin embargo, el siglo XVIII el que mayoritariamente utilizó esta manera artística para la decoración de mobiliario. Consiste en un barniz duro y brillante, hecho con látex, producto extraído de especies arbóreas del Extremo Oriente (anacardiáceas).
FIGURA 3: PASTEL
FIGURA 4: ACUARELA
Conocidas las formas comunes de los que tradicionalmente conocemos por pintura, pasamos al dibujo, sin dejar de reseñar la mutua interacción de ambas prácticas artísticas.
El dibujo constituye generalmente la fase previa de la realización artística. Se constituye así en proyecto, esbozo, boceto, modelo, cartón, de una obra pictórica. Sin embargo, a partir del silo XVIII adquiere un carácter individualizado que lo potencia y lo convierte en elemento artístico en sí mismo. Este valor individual está potenciado en el Lejano Oriente -China y Japón-, donde la palabra hua designa a la pintura, el dibujo y la escritura como elementos plásticos valorados a un mismo nivel.
En el apartado de los instrumentos ya hemos hablado de las formas más corrientes del dibujo, siendo el papel su soporte más habitual.
Una de las características que comúnmente se asocian al dibujo es la de su relativa brevedad de ejecución. Querríamos rectificar esta afirmación que, si bien es cierta en tiempos pasados, en los que el dibujo es previo a la ejecución pictórica, no es aplicable a los tiempos modernos, en los que ha alcanzado categoría artística propia, no dependiente de ulteriores formulaciones plásticas.
Las composiciones sobre el papel tiene distintas denominaciones según la técnica empleada. Las más comunes son el dibujo al lápiz, carbón, sanguina -ya comentadas anteriormente- y el pastel, cera, acuarela, gouache y miniatura.
viernes, 27 de mayo de 2011
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